Cali, la sucursal del cielo que vive un infierno.

Cali es conocida por ser una de las ciudades preferidas como destino turístico, también es considerada “económica” para turistas y propios. Es una ciudad donde sus habitantes se sienten inseguros porque acá van desde el hurto de un teléfono móvil a hechos aún más comprometedores. Sin mencionar los siniestros viales, las disputas por los territorios para microtráfico de estupefacientes, la violencia vigente aún hacía las mujeres.

Actualmente, existe una especie de amnesia ante las desapariciones de personas, aunque no todos han olvidado el caso de los cinco menores de edad asesinados en una zona estigmatizada y vulnerada de la misma sucursal. Por una parte, para los ciudadanos es como si diera lo mismo despertar escuchando en el noticiero cualquier persona buscando a su ser querido, o encontrando en las redes sociales cualquier cantidad de fotos y videos de personas buscando a quien les hace falta o que digan que irán a las exequias de una persona porque sencillamente alguien accionó en contra de esa vida por un teléfono móvil, porque dejó a quien era su pareja, por un accidente y así vamos normalizando el infierno.

En ese orden de ideas, el informe de ‘Cali Cómo Vamos’ del mes de noviembre de 2020 expone que ha existido una baja en las estadísticas comparadas por las fechas del mismo mes entre el año anterior y el actual. Pero, no contentos con la comparación realizada, se le añade al sinsabor del tema seguridad que el helicóptero conocido como ‘Halcón’ no estaba volando debido a que no se tendría listo el convenio de la Alcaldía de Cali para garantizar el combustible al helicóptero, a lo que quizá muchos ciudadanos preguntarían ¿no se suponía que el helicóptero estaría apoyando la seguridad y vigilancia en la ciudad?, pues , para ningún citadino es desconocido o desapercibido que parece que regresamos en el tiempo porque todos los días reportan unos dos o tres desaparecidos, ni hablar de aquellos a quienes les han interrumpido su vida por un celular, un auto y mucho menos de hacernos los de la ‘vista gorda’ ante los feminicidios. 

Se entiende que la coyuntura generada por el virus nos tiene en confinamiento no es tan complejo de manejar como si lo es el tema seguridad, vivir con la zozobra de qué lo de valor es más valioso la vida (recordemos el caso de la estudiante del SENA de hace un mes por hurtarle su celular y computador). Cabe preguntar, ¿cuál es la respuesta que realmente deberían darle a la ciudadanía? Un ‘no hay combustible´ o mejor aún ´hemos mostrado un bajo índice comparado con el año anterior’.

Creería que estamos acostumbrados a escuchar y ver noticias dónde pueden decir “fueron capturados”, un discurso de la autoridad de la ciudad y más allá de ello en el mejor de los casos escuchamos un “se ofrece recompensa”  como un bucle temporal sin salida porque una cosa es lo que el observatorio de seguridad junto con otros colaboradores puede informarle a la ciudadanía lo que sucede en cada mes respecto a la seguridad y otra percepción casi lejana e invisible es el día a día del ciudadano.

La seguridad es mucho más que hablar de los problemas de convivencia, comparando la situación de Cali con otros municipios como Yumbo, Jamundí para conocer entre la menos ‘caliente’. 

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